Entrevistas

"Estoy preparada para los Juegos Olímpicos"

Belén Pérez Maurice será la única representante argentina de esgrima en los Juegos Olímpicos. La ganadora de la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto buscará llegar a la final en Río. Futura Ingeniera en Alimentos, combina deporte y estudio de cara a su segunda experiencia olímpica.

En la Asociación de Húngaros Católicos en la Argentina, Ciudad de Buenos Aires, Belén entrena junto a sus compañeros, es una más. Entre ellos se ayudan, se aconsejan y también hacen de jueces en los combates de práctica.
No hay una regla fija si se habla de la edad para comenzar a practicar un deporte, pero en muchos casos se comienza desde chico para llegar a un nivel de alto rendimiento. Belén comenzó a los 13 años, luego de probar con natación. Lucas Saucedo, su actual entrenador, le propuso probar esgrima en aquel momento, cuando ella asistía a la colonia de verano del Club Círculo Militar. “Él se me acercó, vio que yo hacía saltos ornamentales para tratar de pasar el verano, para divertirme, y me dijo si quería probar hacer esgrima”, cuenta, pero ella le dijo que “no le gustaba”.
Luego de insistir “todos los días” Saucedo logró su cometido de una manera especial: “Fui un día, probé y me hizo ganar todos los asaltos, así yo pensé que era buena, y ahí me convenció y me metí en el deporte de lleno”, confiesa Belén entre risas.
La esgrima es un deporte muy antiguo y evoluciona día a día, y para ella eso es “un desafío”. “La técnica básica tiene un montón de cosas, entonces es re difícil completarlo, y creo que eso es lo que me gusta del deporte”, comenta la especialista en sable.

Ser un deportista amateur no es nada fácil, muchas veces hay que complementar trabajo y entrenamiento, y el tiempo dedicado al deporte no alcanza. La esgrimista comenta al respecto: “Al principio fue difícil, en el sentido de que no teníamos un apoyo, una beca, porque todo eso viene después de los resultados, pero primero tenes que tener los resultados”, relata la actual becada por el Enard, quien trabajó como promotora y modelo hasta comenzar a recibir ayuda económica.
Además de hacer esgrima, Belén estudia Ingeniería en Alimentos, carrera que espera terminar “a fin de año”. “Me apasiona un montón, me parece re interesante. Desde chiquita supe que quería estudiar eso, y fue como la esgrima, amor a primera vista”, confiesa. Igualmente reconoce que le dedica más tiempo al deporte y que “el amor por la esgrima es mucho más fuerte”, pero con esfuerzo de a poco aprueba las materias para recibirse de Ingeniera, porque sabe que “en algún momento va a querer ejercer la profesión”.

"Espero terminar a fin de año la carrera de Ingenieria en Alimentos".


La oriunda de San Nicolás, provincia de Buenos Aires, tiene 30 años y siente que está “en un punto muy bueno, de maduración, de experiencia” para competir en Río. A diferencia de su participación en Londres 2012, en estos cuatro años pudo viajar a competir al exterior y hacer la temporada completa de esgrima. “El roce internacional es indispensable, más en un deporte de combate, es primordial”, explica.
“Con todo eso, la experiencia, el 2014 fue impresionante, más todos los títulos que vengo acarreando, siento que llegué a un punto en el que estoy preparada para los Juegos Olímpicos”, afirma entusiasmada, de cara a Río.
Con respecto a su “impresionante” año 2014, reconoce que obtuvo dos valiosos títulos y que “no puede decidirse todavía cuál es el más importante”. “Gané un Panamericano FIE (Federación Internacional de Esgrima), hacía mucho que un argentino no ganaba uno, y además contra quién lo gané: Mariel Zagunis, que es doble campeona olímpica, número dos del ranking mundial, tiene millones de títulos”, cuenta.
A fin de ese mismo año salió tercera en un Grand Prix –“sería como un Grand Slam de tenis”. “También es importantísimo, porque estaban en el podio la numero uno, la dos en el ranking y yo. O sea, fue algo impresionante”, reconoce.  Sobre ambos logros concluye: “No me puedo decidir por alguno, son como distintos pero los dos son super importantes”.

Con respecto al proceso hacia la clasificación para Río –la consiguió en el Grand Prix de Seúl, Corea del Sur, en marzo de este año-, Belén cuenta el comienzo: “La verdad que fue difícil porque arranqué mal, arranqué con un mal Panamericano. Mi trabajo lo hice, pero tuve mala suerte en los cruces, esas cosas que se dan en el deporte”, admite.
Continuó el año y hacia fin de 2015 se acomodó con los puntos y “ya estaba en carrera” hacia la clasificación. “Yo corría con la desventaja de tener ese Panamericano mal, entonces tenía que juntar los puntos por las Copas del Mundo”, cuenta. Y así fue, compitió y juntó los puntos necesarios hasta llegar a Seúl y conseguir la plaza al quedar en el puesto 47° en sable.
“Todo eso hace que pases un stress tremendo en las competencias, estar siempre con la calculadora, pero bueno, al final de todo, después de todo un año, salió todo bien y acá estoy, clasificada a Río”, dice aliviada.

Belén participará en sus segundos Juegos Olímpicos, y cuatro años después de Londres 2012 explica las diferencias entre uno y otro Juego: “Ahora, previo a Río, estoy con otro objetivo. Por los antecedentes que tengo, yo quiero lograr un diploma olímpico, creo que lo puedo lograr”. Y reconoce que para los Juegos anteriores “no tuvo una preparación afuera”, entrenaba en la Asociación de Húngaros Católicos en la Argentina con sus compañeros.
“Ahora tengo la promesa, está todo planificado, me voy a ir a entrenar un mes a Italia, tengo tres competencias más ahora y está todo pedido, básicamente es esa la diferencia, que es enorme”, comenta.
Si bien su objetivo para Río es un diploma olímpico, reconoce que se entrena “para el oro”. “El sueño sería tener una medalla olímpica, pero mi objetivo es estar entre los ocho mejores”, dice la ganadora del bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

La esgrima es un deporte que estuvo presente en todos los Juegos Olímpicos de la Era Moderna, y recién en la edición de París 1924 se incorporó la competición femenina. Belén se siente una representante de las mujeres en su deporte: “Hay un montón de chicas que se me acercan y me dicen: ´Sos un ejemplo para mí, porque sos mujer y por las cosas que hiciste y que pasaste", comenta orgullosa.

"Hay un montón de chicas que se me acercan y me dicen: ´Sos un ejemplo para mí´".


Al momento de usar una palabra para describirse como deportista, Pérez Maurice no duda en decir: “Constante”. Y agrega: “En general la historia de mi entrenamiento y de mi vida es seguir, seguir, seguir… Te va mal, seguís, te va bien, seguís, así que es una constancia”.
Las cosas que la motivan para continuar y no bajar los brazos son tratar de descubrir “cuál es el límite” y “ver hasta dónde puede llegar”. Y asegura que junto con su entrenador tienen un objetivo en común: “Que nuestro nombre quede grabado en la historia de la esgrima argentina, que no sea un paso más, que se acuerden”.

“Mi sueño junto con mi entrenador es que nuestro nombre quede grabado en la historia de la esgrima argentina”.


Esgrimista, futura Ingeniera y, también Cabo del Ejército, Belén cuenta que fue “soldado voluntaria”. Y explica cómo llegó a ocupar ese cargo: “El Ejército te contrata, incorporándote a la Fuerza para que vos la representes en los Juegos Mundiales Militares. Porque en general, en el resto de los países, en casi toda Europa se hace eso”.
“La verdad que yo lo valoro un montón porque, además de recibir una ayuda económica, creo que el Ejército se interesa un poco en los deportistas y hace que personas como yo puedan estar más tranquilas y puedan dedicarse a entrenar”, comenta.

De Londres 2012 tiene muchos recuerdos, pero hay uno que no se lo olvida más: “El día que llegamos con mi entrenador, fuimos con nuestra bandejita al comedor, y estaban sentados los chicos de básquet, y estaba Manu Ginóbili. Nosotros pasamos y dijimos: ´Wow!´. Y Manu nos mira y dice: ´Hola chicos´, y nosotros miramos para el costado y preguntamos: ´Nosotros?´”, recuerda. “Obviamente, fuimos a saludarlo”, dice entre risas.
“Nos trataba como un compañero más de la delegación y era re loco porque es Ginóbili. La verdad es un deportista completamente a imitar, por lo humilde y lo grande que es”, afirma.

Belén espera ansiosa que llegue agosto para estar en Río: “Ya sabiendo lo que fue Londres, voy a tratar de disfrutar al máximo este Juego”. “Esas son cosas que después quedan para toda la vida”, concluye la esgrimista.

Belén se especializa en Sable. Y en breves palabras explica de que se trata la esgrima: "Se divide en tres armas: espada, florete y sable. La mayor diferencia entre las tres es el blanco: en sable va de la cintura para arriba, en florete vale solo el torso y en espada vale todo el cuerpo. La espada es lo más parecido a un duelo porque el que toca, si prenden los dos la luz se suma un punto para cada uno. En cambio las otras dos armas son de convención, quiere decir que el que viene atacando tiene la prioridad, o sea, si yo vengo atacando mi rival tiene que parar mi ataque para que valga su golpe, porque si yo vengo atacando y se prenden las dos luces es golpe mío nada más".

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