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Francisco Cerundolo y un año para el recuerdo

A más de un año de su despegue en los Juegos Suramericanos de Cochabamba, Francisco Cerundolo atraviesa el mejor momento de su carrera y sueña con los Grand Slams.

Lejos de las primeras planas de los principales portales especializados en tenis, en mayo de 2018, la delegación argentina estuvo representada en el campeonato de tenis por un equipo de jóvenes fuera del top 1000 y sin grandes resultados a nivel junior. Uno de ellos dio el batacazo y, con victorias ante el segundo y octavo preclasificado, se abrió paso hacia la final, en la que caería derrotado. Era Francisco Cerundolo, que así recuerda el torneo: "Fue el primer torneo importante en el que empecé a tener victorias sobre jugadores que estaban adentro de los 300 o 350, como (Eduardo) Struvay, (Cristian) Rodríguez y (Alejandro) Tabilo. Ahí me empecé a sentir de nivel de ese ranking, que después a los dos meses lo pude transmitir en los futures".

El ascenso del mayor de los hermanos Cerundolo (Constanza fue campeona con Las Leoncitas en Buenos Aires 2018 y Juan Manuel llegó a ser top ten del ranking mundial junior) fue desde aquella medalla de plata, meteórico. Tras un fugaz e insatisfactorio paso por el cada vez más recurrente camino del tenis universitario en Estados Unidos, Francisco, de 21 años y categoría 98, alcanzó en 2018 su primera final de Future en San Lorenzo, conquistó sus dos primeros títulos y ganó la preclasificación para el Argentina Open de 2019. En aquel certamen disputado en GEBA, que le dio el pase a su primer cuadro principal de un torneo ATP, también tuvo una victoria decisiva, en cuartos de final. "Venía con más confianza y más nivel, pero (Andrea) Collarini estaba un nivel arriba porque venía jugando Challenger. En el super tie-break perdía 8-5 y lo di vuelta 10-8. Fue una gran victoria para mi, eso me ayudó mucho para ganar el torneo. Terminé el año de una manera increíble", rememora.

A pesar de abandonar el desafío estadounidense, el tenista argentino menor de 26 años con mejor clasificación en el ranking ATP, decidió apostar por una carrera profesional que combine el estudio universitario, pero de manera local. "El año pasado hice todo el primer año. Voy por el segundo, pero se me está complicando un poco porque hay mucho viaje, pero siempre que puedo trato de aprobar todas las materias que pueda. Voy a seguir hasta que no pueda más", afirma el estudiante de Economía de la Universidad de Buenos Aires, que sabe que el tenis no es todo: "Yo siempre fui al colegio de doble escolaridad. Eso me ayudó de la cabeza, me mantenía fresco, si no estaba jugando no estaba todo el día entrenando, también iba al colegio".

Durante 2019 sumó otros cinco títulos, comenzó a incursionar en Challengers y representó al país en Lima 2019. En poco más de un año su panorama tenístico cambió drásticamente.

¿Cuál sentiste que fue el cambio principal que explica este salto de calidad?
Antes jugaba torneos, pero no con mucha constancia. A partir de septiembre/agosto del año pasado, empecé a jugar más constantemente y empecé a ganar ritmo, a ver que podía ganar. Eso me empezó a dar confianza. Más que nada fue la cabeza y la confianza que me fue dando jugar torneos y ganar varios partidos. Eso no te lo da nadie, es algo extra que vas adquiriendo ganando.

¿Sentís que el cambio de ranking a inicio de año condicionó tu temporada? ¿Hubiera sido diferente o hubieras jugado tantos Futures ITF?
Tiene sus pros y sus contras. Si no hubiera estado, hubiera arrancado a jugar Challenger antes, porque ya había terminado el año 550 y en enero había ganado dos futures más, pero con este nuevo ranking tuve que empezar de cero. A la vez, me ayudó a seguir ganando. Gané tres Futures de 25.000, que me dio más confianza. Está bueno irse de un nivel sabiendo que ya lo dominás. Fui número 2 de ITF, así que me fui con mucha confianza a los Challenger. Me sentí preparado. Ya estaba listo.

¿Cómo se siente el cambio de nivel en estos primeros Challengers que jugaste?
Acá la primera ronda que te toca es una final de un Future o una semi. Y después, ya son jugadores de Challenger que vienen jugando hace mucho. En mi última gira por Italia le gané a jugadores 100 y pico o 200. Me fui motivado. Ya estoy 260, tengo muchas ganas de seguir avanzando.

¿Qué objetivo tenés para el final de la temporada?
Era terminar dentro de los 300, pero ahora quiero seguir jugando a mi máximo nivel y me gustaría terminar 230 para ver si puedo llegar a la qualy de Australia. Ese es el objetivo. Si logro terminar en ese ranking, voy a tener que hacer una gira por cemento en Oceanía, claramente, un par de Challengers.

En tus inicios tuviste una carrera muy diferente a la habitual. ¿Cómo mantuviste la motivación para seguir?
Yo jugué siempre los nacionales pero no era de los mejores. Estaba entre el 10 y 20 de la categoría, la 98. Había muy buenos jugadores, eran muchos. Era de un segundo pelotón, tenía buenos resultados pero muy inconstantemente. En juniors tienen acceso a viajes los mejores, yo no estaba entre ellos, y por eso no jugué nada itf ni mucha COSAT. A partir de los 17/18, empecé a ganarle a los que siempre me ganaron de chicos y hoy soy el mejor de mi categoría.", reconoce.

Tras una adolescencia sin competencia a nivel internacional, el salto llegó más adelante. Hoy se ubica entre los más prominentes talentos del tenis argentino y sueña con transitar en 2020 los torneos grandes.

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