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"Llegar a la Selección de canotaje era mi sueño”

Juan Ignacio Cáceres es uno de los palistas que conforman el equipo de K4 1000 que va a representar a Argentina en los Juegos Olímpicos. A los 15 años lo operaron del corazón y le dijeron que no remaría más. En agosto vivirá su primera experiencia olímpica.

Juani, como le dicen sus amigos y familiares, es de Las Flores, provincia de Buenos Aires. A los 11 años comenzó a practicar el canotaje en la laguna del Parque Plaza Montero de su ciudad natal. Luego de probar otros deportes, se decidió por el que más lo “atrapó”. El contacto con la naturaleza es lo que más le gusta de la disciplina, aunque admite que es un deporte “muy individual” en cuanto a la parte competitiva. “Para conformar los equipos, primero tenes que rendir bien individualmente”, explica Cáceres, quien también compitió en K2 200, 500 y 1000.

El K4 1000 se llama al equipo conformado por cuatro palistas (4), que corren 1000 metros de distancia en un kayak (K). Juani comparte el bote junto con sus compañeros Daniel Dal Bo, Pablo De Torres y Gonzalo Carreras. Los cuatro estuvieron en el podio en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, al lograr la medalla de bronce en su categoría.

Con el K4 1000 ganó la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.

Los entrenamientos son intensos: se entrena en agua (individual y grupal), gimnasio, entrenamientos de carrera y natación en los períodos que no son específicos. “El régimen es de tres semanas por una (tres concentrando y una en casa), de lunes a sábados”, comenta. Además de lo físico, también se trabaja la parte psicológica, algunos lo hacen con psicólogos personales. “El apoyo de los entrenadores también es muy importante”, remarca.

Cuando se le consulta sobre la actualidad del canotaje en Argentina, no duda en afirmar que el deporte viene en un “crecimiento importante a nivel rendimientos”. “En los Juegos Panamericanos de Toronto fue la vez que más medallas se ganó”, dice orgulloso sobre las siete preseas obtenidas.

La creación del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) en 2010 jugó un papel fundamental a la hora de decidirse por continuar con el canotaje o irse a estudiar, cuando ya dejaba de ser “juvenil”. “Opté por seguir con el deporte porque había apoyo y no me equivoqué”, reafirma contento el palista de 24 años.

La clasificación a Río la consiguieron en el Campeonato Mundial de Milán, en agosto de 2015: “En la final B nos encontramos con Brasil, Canadá y Cuba, éramos cuatro las embarcaciones que peleábamos por quien era el mejor para clasificar a los Juegos Olímpicos. Y bueno, gracias a Dios nos tocó a nosotros y fue un proceso muy lindo”, recuerda con una sonrisa.

En agosto vivirá sus primeros Juegos Olímpicos, momento que espera con “un poco de ansiedad”. El objetivo del K4 1000 es “lograr ser finalistas”. “Eso sería la frutilla del postre para terminar el ciclo este de cuatro años”, opina.

Juani imagina cómo será la cita olímpica en agosto: “Va a ser una fiesta del deporte mundial, donde nos encontraremos con los mejores deportistas de todo el mundo. Lo voy a tratar de disfrutar al máximo y tratar de conocer y de disfrutar todo lo que me toque vivir día a día y segundo a segundo, en lo que es la Villa Olímpica, la parte de la pista de canotaje. Lo voy a disfrutar al 110%”.

"Voy a tratar de disfrutar al máximo los Juegos Olímpicos".

Para un deportista, estar motivado es importante en todo momento. “La motivación para seguir pasa mucho por el tema psicológico, el apoyo que tenes de tu familia, de los amigos, de la gente que te rodea”, afirma. Y agrega: “También el querer superarme todo el tiempo, querer mejorar mis marcas, querer estar bien, eso también me lleva a mejorar y a superarme”, relata con seguridad.

Si de superaciones se trata, Juan Ignacio Cáceres es el indicado para hablar. A los 15 años lo operaron del corazón, estuvo un año sin hacer deporte y le dijeron que “no podía remar más”. Juani cuenta la historia: “Me operé dos veces y las dos salieron mal, las dos primeras en un hospital me dijeron que no podía competir más, que me dedicara a hacer vida normal, que lo mío no tenía solución”. “A esa edad lo que más quería era disfrutar del deporte, entrenar, competir, ganar cosas, llegar a la Selección que era mi sueño”, recuerda, y asegura que ese momento fue un “bajón”.

Pero lejos de bajar los brazos, un profesor del colegio le consiguió cita en otro hospital, donde lo intervinieron nuevamente y dieron con el problema. “Tuve que volver al mes para operarme por cuarta vez y ahí me curaron. Estuve un año sin poder entrenar y luego pude volver a competir”, relata.

Ese momento de su vida lo “marcó mucho” y lo hizo “bastante fuerte”. “Soy una persona bastante terca, que hasta que no consigo lo que quiero no paro”, asegura el palista, que en agosto vivirá su primera experiencia olímpica, otro momento que seguramente lo marcará para siempre.

 

Diego Cánepa es el Director Técnico Nacional de la Federación Argentina de Canoas, coordina la tarea de todos los equipos de canotaje y trabaja directamente con el equipo de varones 1000 mts y 200 mts, junto con Pablo Hoffman. Subido a una lancha “a la par de los atletas”, monitorea, toma la frecuencia de palada, controla la ejecución técnica, toma tiempos, les mide el lactato, los aconseja y los corrige. “Este equipo la verdad que es un equipazo”, opina sobre los palistas de todas las categorías. “Hemos ganado el Odesur por equipo, sacamos siete medallas en los Juegos Panamericanos, las nueve clasificaciones olímpicas, eso te da la pauta de que no se hizo solamente con este grupito de atletas, sino que se hizo con un equipo de otros atletas que empujaron siempre para adelante”, cuenta orgulloso. Sus objetivos para Río son claros: “Aspiramos estar en una final”.

 
                                               

Por Natalia Auerbach


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