La sombra de Mary
El estadio Mary Terán de Weiss recibirá un partido de tenis por primera vez después de más de seis años con la exhibición entre Federer y Zverev. La historia de un techo que costó 400 millones de pesos y del olvido de un ícono de la lucha por la igualdad.
A pesar de que desde el 8 de noviembre de 2007 el nombre oficial del recinto ubicado en el Parque Polideportivo Julio Argentino Roca es Estadio Mary Terán de Weiss, como lo estipula ley 2.502 sancionada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, y también lo confirmó una resolución de la defensora del pueblo, ya desde 2013 la gestión porteña liderada por Mauricio Macri tenía el hábito de denominarlo como "Arena Parque Roca". El gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, sponsor de la exhibición de este miércoles, parece seguir la misma línea y olvida la memoria de una de las más importantes precursoras del tenis en Argentina.
Pliego de especificaciones técnicas publicado el 5 de julio de 2013
Nacida como Luisa María Terán, contrajo matrimonio en 1943 con Octavio Weiss, por entonces capitán del equipo de Copa Davis, también tenista e hijo de un futbolista de Alumni de los años 20. Perseguida por la dictadura militar que derrocó al gobierno de Juan Domingo Perón en 1955, la campeona de los Juegos Panamericanos de 1951 debió exiliarse en España y fue condenada a abandonar la actividad deportiva debido a que la intervenida Asociación Argentina de Tenis no permitía su inscripción en torneos oficiales. Tal fue su vínculo con Perón que el por entonces presidente, luego de que ambos enviudaran, le propuso matrimonio, pero la tenista rechazó la oferta.
Según recoge Victor Lupo en su libro "Historia política del deporte argentino 1610-2002", la rosarina le reconoció a Perón, cuando éste estaba aún en el exilio: "Yo además de peronista era una mujer que había logrado destacarme mundialmente en un deporte que, acá, era exclusividad de una elite masculina y esas cosas en este país no se perdonan". Tras su regreso al país en 1959, fue castigada al olvido de la prensa y al rechazo constante de sus pares. Debido a los malos tratos recibidos en el ámbito del tenis tras su regreso, en 1964 publicó una carta en la que expresó: "Mi situación constituye una inhumana e injusta persecución, alentada por el inconfesable deseo de evitar que vuelva al primer plano en mi deporte favorito... Hay ciertos detractores actuales que en su oportunidad se complacieron recibiendo aquello mismo que hoy censuran".
Luego de padecer de una seria depresión, la primera mujer argentina en trascender en el tenis internacional y que en su cúspide promovió la difusión del deporte para todo el pueblo, se suicidó al arrojarse de un séptimo piso en Mar del Plata, en 1984, a los 66 años.
El estadio que hoy lleva su nombre, inaugurado en 2006, sirvió para la ceremonia de apertura de los Juegos Suramericanos celebrados aquel año en Buenos Aires, pero es recordado por ser hogar de 12 series de Copa Davis entre 2006 y 2013. Sobre aquel -ya inexistente- polvo de ladrillo, el equipo argentino acumuló un récord de 11 victorias y solo una derrota (ante República Checa, en 2012), hasta que el estadio, propiedad del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, inició un proceso de renovación que demoraría más de la cuenta y costaría un monto mayor al originalmente planeado.
Inicialmente con capacidad para 14.150 personas y con un costo de 3.1 millones de dólares, el recinto fue construido en tres meses por Astori Estructuras S.A., empresa cordobesa ganadora de la licitación de la Corporación Sur, organismo gubernamental a cargo del otrora jefe de gobierno porteño Jorge Telerman. Por entonces se proyectaba la colocación del techo para el sucesivo año. A finales de 2006 se realizó la licitación del mecanismo retráctil con un presupuesto de algo más de 6 millones de dólares ($23.939.681 con un cambio de 3.09), pero el proyecto fue prorrogado sucesivamente por Telerman y el año electoral derrumbó el proyecto. Mauricio Macri, electo el 24 de junio en segunda vuelta con el 60.94% de los votos, declaró públicamente que la finalización del estadio no sería una prioridad y no se preocupó por finiquitar la obra hasta bien entrado su segundo mandato.
En los planes originales de la gestión del PRO para los Juegos Olímpicos de la Juventud, el estadio ubicado enfrente de la Villa Olímpica, ocupaba un lugar central. Tal es así que el 5 de julio de 2013, el día de la oficialización de Buenos Aires como sede olímpica, se publicó la licitación para techar el estadio, con un presupuesto casi tres veces mayor que el de 2007: 17 millones y medio de dólares ($95.043.769,02, cuando el cambio dolar-peso era de 5,41). Aquella cifra, que ya parecía alta, se elevó a un total de $412.620.904,51 desembolsados a Teximco y DAL Construcciones, las empresas adjudicadas, según una investigación del periodista Ernesto Rodríguez III, publicada en su sitio EphectoSport y condecorada por los premios Play the Game.
Tras una sucesión de licitaciones extras, la obra, que inició en 2014 y estimaban acabar en 2015, finalizó el año pasado luego de varias interrupciones, pero el recinto no fue utilizado oficialmente porque no llegó a cumplir las exigencias del Comité Olímpico Internacional. Durante el evento sólo sirvió como zona de entrenamiento de boxeo y lucha y también cobijó una fiesta privada para los voluntarios en el cierre de la celebración olímpica. Tras Buenos Aires 2018, el ahora colorido estadio que ilustra la sigla BA, característica de la actual gestión, ha acogido espectáculos muy diversos: una fecha de la UFC, el recital de Marco Antonio Solís, el torneo tres naciones de básquet, preparatorio para Lima 2019 y desde el 30 de noviembre será la sede del Super 4 organizado por la Federación Metropolitana de Balonmano.
El estadio alojó el entrenamiento de algunos deportes en Buenos Aires 2018 (Fuente: Pablo Elías/Buenos Aires 2018)
En ninguno de esos eventos se refirió al estadio con su nombre original, sino que se utilizó el nombre "Arena Parque Roca", por la denominación del predio en el que se ubica. Este miércoles, la exhibición de tenis protagonizada por Roger Federer y Alexander Zverev no será la excepción, ni siquiera para honrar a una de las más grandes representantes de ese deporte en el país.
Por Yannick Zaputovich (@YannickIvanZ)