“ENTRENO PARA GANAR UNA MEDALLA”
Después de 56 años, el pentatlón vuelve a ser olímpico para Argentina y Emmanuel Zapata es el protagonista de este suceso. Con un total acumulado de 1413 puntos el deportista de 29 años se ubicó quinto en los Juegos Panamericanos de Toronto del año pasado y se aseguró la clasificación a Río 2016.
El Juego Olímpico de Roma 1960 con Luis Ribera, Carlos Stricker y Raúl Bauza fue el último con representantes argentinos en este deporte. Ahora será el turno de Zapata, que nos cuenta como se prepara para vivir esta experiencia que él describe como “un sueño”.
“Yo el pentatlón lo conocí de grande, no sabía que existía, como le pasa a varias personas. Lo conocí a través de Guillermo Filipi, que en ese momento era el entrenador de Pentatlón Militar del Ejército y mi papá era el encargado. Guillermo en ese momento estaba iniciando la Federación que había estado muerta muchísimos años, mi papá le comentó que tenía un hijo que corría 1500 metros en pista y como no tenía muchos reclutas, me reclutó a mí”, comienza la charla el representante argentino de pentatlón en los Juegos que se aproximan. El gran problema que tuvo que superar Zapata fue la prueba de natación, donde debió esmerarse y sacrificarse para llegar a una marca importante:
“Yo no sabía nadar, ni siquiera meterme a una pileta, onda eso fue un gran problema para mis inicios; me pasé los primeros tres, cuatro años nadando muchísimo, era lo que más hacía y una vez que empecé a tener una marca más o menos decente, empecé a competir y me empezó a ir bien.”
Su historia está unida al Ejército. Se incorporó a la Fuerza en el 2005 y hasta los 18 años podía estar como soldado voluntario, gracias a la medalla que ganó en los Juegos Mundiales de La Paz, que fue la única medalla en la historia del Ejército, decidieron nombrarlo Sub Oficial y hoy en día está con el rango de Cabo. Le encanta competir en el Ejército porque “se ve mucho el patriotismo”. Además fue fundamental para él, para su desarrollo en este deporte.
“El pentatlón es muy sacrificado, entrenamos entre seis y ocho horas diarias”
“Cuando no estás entrenando una prueba física, estás entrenando una técnica, cuando no es una técnica estás entrenando la parte mental. La verdad que a los chicos que hacen pentatlón se les complica mucha la universidad. Yo estudiaba kinesiología y tuve que dejar porque el tema de los viajes y el entrenamiento es muy difícil.” Por otro lado, hay que tener en cuenta que este deporte “es una batalla mental contra uno mismo toda la competencia” y agrega: “Se nota mucho el atleta que es muy fuerte de cabeza, o cuando está bien mentalmente”
Zapata tiene una historia muy particular, la posibilidad de compartir con Iryna, su mujer la pasión por el pentatlón: “A Iryna la conocí en Londres en el 2009 en una Copa del Mundo. Ahí solamente hablábamos y después en un Mundial que se hizo acá en Argentina empezamos a salir. Después del 2012 fue más oficial". Ella tuvo la posibilidad de competir en Londres por Ucrania y yo fui como reserva porque había tenido un año anterior no muy bueno y pude estar con ella en la competencia. La idea era casarnos antes de Río de Janeiro por el tema de la Ley Olímpica que no te permite cambiar de país tres años antes de un Juego Olímpico. La situación era intolerable en Ucrania, ella no podía venir más acá, yo no podía ir para allá y eso significaba no vernos un año. Ella no podía competir ahora para Argentina por más que está en buena posición para clasificar, porque no se lo permitía la Ley pero la Federación apeló, Jorge Salas y Guillermo Filipi hablaron con el Comité Olímpico Internacional y ellos entendieron la situación y la autorizaron a competir, tuvieron que pagar una multa solamente que no era tan cara y la Federación la pudo pagar, así que le agradezco a ellos y hoy en día está por clasificar y un 95 % de que va conmigo a los Juegos.”
Después de 56 años, Argentina vuelve a competir en pentatlón en un Juego Olímpico. Zapata emocionado y con una sonrisa, se acuerda del Panamericano del año pasado y cuenta que “cuando cruzó la línea de llegada en Toronto, le dijo a su entrenador clasifiqué ¿no?”. “Trabajamos muchísimo para acceder a esto, la idea era clasificar a Londres y se nos escapó por poquito. Es muy redituable, muy satisfactorio. El pentatlón estuvo muerto durante muchos años, se armó una Federación de cero, yo me hice de cero. No es como el caso de otros atletas que están empezando ahora que tienen la posibilidad de tener entrenadores de otros países, aprender de otra forma lo que a mí me costó mucho” y asegura: “Apuntamos a estar entre los primeros diez, entrenamos para una medalla, creo que desde que empecé a entrenar lo hago para ganar una medalla olímpica así que es para lo que me levanto todos los días y lo que me da fuerza para seguir. Por eso creo que después de no haber ido a Londres a pesar de haber sido un golpe para mí me ayudó a superarlo”
Para Emmanuel Zapata “todos los rivales son complicados”. “Los 36 que vamos a estar tienen nivel. Son los mejores de cada continente. Los países más fuertes son de Europa del Este; Rusia, Ucrania, Hungría son los favoritos en nombres a ganar medallas.” Pero siempre hay una esperanza para ilusionarse. Con convicción, con fuerza y por sobre todo con muchas ganas de traerse una medalla va Emmanuel Zapata a Río 2016.